Un breve recorrido en fotografías y relatos cortos por la cultura, los paisajes, la historia, la gente y muchas más impresiones intangibles que quedan en el imaginario del corazón y la memoria retenidas durante 16 días de estancia física en El Salvador y meses enteros de recuerdos y amistades después de la partida. En contra de todos los consejos de "no ir a un país con un conflicto social tan agudo", y a pesar de todas las recomendaciones y oraciones que nos dejaron nuestros cercanos, en abril de 2016, mi compañero de caminos -Cristian Segura- y yo emprendimos una inmersión intensa en un territorio en el que encontramos una profunda calidez humana y más similitudes que diferencias con nuestra América mestiza.
Dedicado a: Cristian, Syama, Gil "el
brother", Oscar Castillo, Josué, Diana Hernández, Silvia, Claudia Soriano,
Lupe, Mc Bacter, Gerson y toda la familia Claros, la familia Orellana Peralta
(Lorena, Rafael, Sergio, Rocko, la Vero), Facundo, Ammy, Carlos Cabrera
"el trovador de Morazán", Miquel "el trovador de España". Y
a todos a los que por mi memoria no recuerdo pero que los llevo en mis más
profundos aprecios.
Empecemos por decir que El Salvador es el país más densamente poblado de América. Se encuentra en el corazón de América Central rodeado por Honduras, Nicaragua, Guatemala y el majestuoso Océano Pacífico. Posee una población de aprox. 6,5 millones y contrario a los prejuicios, si es un destino turístico por la imponencia de sus volcanes, la tranquilidad de su zonas rurales, la historia precolombina influenciada por la presencia de múltiples pueblos aún con mucho por descubrir como los Lencas, Cacaoperas, Pipiles y Mayas, entre muchos otros, por la serenidad de su verano y por tener unas olas especialmente atractivas para los surfistas de todo el mundo.
Un restaurante al aire libre con un diseño que sobrepasa la imaginación, el ingenio y la creatividad, comiendo como en la Edad de Piedra en La Puerta del Diablo, importante mirador de la ciudad de San Salvador.
La comida típica de El Salvador, "las pupusas", acompañadas de una "birria". El maíz, sin duda ha sido la base alimenticia de América desde épocas precolombinas, no en vano se han encontrado pictogramas en muchos lugares habitados antiguamente por pueblos indígenas en los que se dibuja la planta que da la vida; y no sin motivo el libro sagrado de los mayas, el "popol vuh" describe que los primeros hombres creados en la tierra por los dioses, están hecho de maíz. El maiz posee una versatilidad impresionante a lo largo del continente, llegando a ser arepa en algunos lados, tortilla en otros y aquí en El Salvador, pupusa. Este nombre es la "españolización" de las palabras en lengua Nahuatl popotl y tlaxkalli, las cuales unidas significan tortilla rellena. Rellena con que?, con lo que el comensal pueda imaginar, típicamente con queso, frijoles (con acento en la o), ayote (calabaza), elote (maiz), guisquil (guatila), y otros muchos alimentos terminados en ote que suenan fascinantes ante el oido, tal vez por que de alguna manera retoman caminos hacia un lenguaje ancestral ya cercenado pero aún familiar.
Cuentan quienes se atreven que los buses usados para el servicio de transporte público de pasajeros en El Salvador fueron los usados por Estados Unidos en los años 50 y 60 y vendidos (u obligados a comprar) una vez fueron descontinuados. A pesar de que San Salvador no posee tantos autos en comparación con otras mega-ciudades en América Latina, se puede sentir un aire pesado y contaminado en las horas picos debido a las emisiones producidas por la baja eficiencia de los viejos motores en la combustión de la gasolina o ¿ACPM?.
Plaza Salvador del Mundo con el monumento del "Divino Salvador del Mundo", en un día del verano de abril de 2015. Estructura construida en 1942.
Escultura en madera. En alguna puerta del centro histórico de San Salvador.
El dia a dia las calles del centro histórico de San Salvador. Recuerdo que la primera salvadoreña que conocí fue 4 horas antes de entrar al Salvador mientras esperaba el vuelo de conexión en el aeropuerto de Tocumén en Panamá. Ella vehementemente me recomendó que no fuera al centro de San Salvador y que nunca andara solo sin compañía de un salvadoreño. Un preámbulo interesante para empezar el viaje. A pesar de los consejos, nos atrevimos a vivir la película por nuestra cuenta y experimentar una día entero en medio de "una de las ciudades más peligrosas del mundo" de acuerdo a los rankings amarillistas de diarios de mierda que pertenecen a quienes nos les interesa que el mundo voltee sus ojos hacia esta ciudad, que se benefician del miedo colectivo que se arraiga en las clases trabajadoras y que paraliza las ganas de luchar o de arriesgar un poco para romper las cadenas que oprimen la cotidianidad. Nuestro compañero, Oscar, un gestor socio-cultural y buen conocedor de la historia y el contexto del país, crítico como quien sabe pensar y sincero como uno espera encontrar personas. Nos conducía a través de los callejones estrechos del centro, como quien lleva décadas conociendo los caminos y buscando atajos, una fiesta para los sentidos, una sensación de alerta continua que despertó nuestro cerebro acostumbrado a su zona de comodidad. No observé robos, ni asesinatos, ni narcotráfico, uno que otro borracho, lo cual es más que normal incluso en Berlin o Frankfurt. Al contrario, noté gente trabajando, vendedores amables tratando de agradar para ganarse un cliente y miradas curiosas pero jamás amenazantes. Recuerdo especialmente la "comida a la vista" o lo que sería equivalente en Colombia a un "corrientazo", un buffet que por 2 dólares nos hizo sentir, sufrir y compartir el mas antiguo ritual del ser humano -la alimentación- como cualquier salvadoreño. Días después se llevaría a cabo un ambicioso programa de la alcaldía cuyo propósito pretendía recuperar el espacio público de estas zonas, tomado desde años atrás por las ventas ambulantes y por las "maras" en un intento por emplearse en un lado y por ocupar territorios en otro.
Plaza Libertad, 2015. El lugar desde donde inició la expansión de la ciudad desde el siglo XVI y el cual se convertiría en el centro político, religioso y administrativo de la región en los próximos siglos. En el centro de esta Plaza de Armas se halla el monumento a los próceres.
Iglesia del Rosario al frente de la Plaza Libertad en el centro de San Salvador.
Que no falte un billar donde tomarse una cerveza y simplemente vagar, por que ¿Quién está en un billar a la 1 de la tarde un jueves de abril?.
Todo entre amigos. Desde el balcón del segundo piso del billar.
El muro de la expresión de nuestro anfitrión, Gil Rodriguez: músico, filósofo y pensador salvadoreño con quien intercambiaríamos largas horas de conversación, extensas charlas interculturales que nos acercaron al sentir de la gente de las colonias. Entre el humo, la música, el licor, el alimento y las palabras nos iríamos forjando una amistad que hasta el día de hoy perdura.
Después de estar "arriba en el palo", nada mejor que un asado pal bajón. Aprendiendo la jerga salvadoreña.
Sitio Arqueológico San Andrés. Antiguo
asentamiento Maya ocupado desde hace aproximadamente 2900 años, sepultado hoy
entre el suelo y las múltiples capas de ceniza de las innumerables erupciones
de los volcanes centroamericanos y descubierto por accidente hace pocas décadas
en lo que eran ya haciendas para la producción ganadera y de
"indigo". Actualmente se encuentra en trabajos de excavación. El
sitio fue poblado por varios siglos hasta que la erupción del volcán del lago
llopango obligó a sus habitantes a abandonarlo hace 1750 años. Posteriormente,
la zona fue repoblada otra vez hace 1500 años hasta el año 1200.
Sitio Arqueológico San Andrés.
Sitio Arqueológico San Andrés.
Sitio Arqueológico San Andrés.
Sitio Arqueológico San Andrés.
Sitio Arqueológico San Andrés.
Sitio Arqueológico San Andrés.
Sitio Arqueológico San Andrés.
Sitio Arqueológico San Andrés.
Joyas de Cerén. Esta representación de la cultura de hace siglos, declarado por la UNESCO en 1993 como patrimonio de la humanidad, es la muestra más fiel de la vida cotidiana de una cultura precolombina del siglo V, en este caso, Maya. La erupción de un volcán sepultó en cenizas un día de la historia de este pueblo y lo eternizó tal como el Vesubio a Pompeya. Las estructuras conservadas muestran dormitorios, cocinas y posiblemente bodegas y sitios religiosos-ceremoniales. En las zonas de la cocina se encontraron restos de frijoles, cacao y chiles, así como herramientas de caza y utensilios de cocina. Cada casa poseía alrededor su terreno para cultivar. La evolución de este sitio no se dio por mucho tiempo, pues pocos años después de su poblamiento, la erupción del volcán Caldera, ubicado a menos de 1 kilómetro, desplazó a este pueblo, que al parecer alcanzó a huir, pues no se han descubierto cuerpos. Los trabajos de excavación continúan en el presente.
Joyas de Cerén
Joyas de Cerén
Joyas de Cerén
Joyas de Cerén
El Volcán Quetzaltepec (en lengua Nahuat) o San Salvador, hace parte de un complejo volcánico donde existen al menos otros 20 estructuras volcánicas inactivas. La historia de este sistema volcánico ha influido enormemente en la distribución poblacional y la evolución de los asentamientos humanos en la región, pues sus erupciones y los sismos asociados a su actividad han afectado en varias ocasiones el normal curso de la vida salvadoreña. Un ejemplo de ello fue el terremoto y erupción en 1917 que dejaría más de 1000 muertes y cuya narración se encuentra recogida en la crónica "El terremoto de San Salvador: narración de un superviviente" del poeta y novelista colombiano Porfirio Barba Jacob quien se encontraba trabajando en ese entonces en el periódico "El diario de El Salvador". Actualmente el volcán consta de dos montañas prominentes (el Picacho y el Boquerón), dentro del Boquerón se encuentra otro pequeño cráter de unos 20 metros de elevación. La escala espacial en El Salvador funciona simplemente diferente, pues desde la cima de este volcán, en un día despejado puede apreciarse más de la mitad del territorio del país. Esta zona es desde el 2008 un Parque Natural de acceso público.
Gil, Syama, Cristian, Josué y yo.
Malecón del Puerto de La Libertad en la costa Pacífica de El Salvador.
Playas de la Libertad.
Muelle de la Libertad.
Con nuestra compañera y guía en Santa Tecla y La Libertad, Silvia Carolina, una salvadoreña con la que compartimos un deseo mutuo por conocer el país del otro, pues después de conversar algún tiempo con ella, nos dimos cuenta que había estado viviendo algunas semanas en Colombia y que como nosotros, se sentía en deuda con las personas que hicieron de su estancia algo más agradable.
Paseo por el mercado del muelle. Aquí se pueden encontrar los especímenes marinos más extraños que un habitante de montaña o al menos de zonas lejanas del mar se pueda imaginar.
Relajados al sol. Yeah!!
El mar y el Puerto.
El raro espécimen que recuerda alguna película de aliens. Posiblemente este sea un pez murciélago, pero prefiero creer que es una especie aún no descrita por la ciencia, eso lo hace más memorable.
Pez globo o pez erizo?. Si es un pez globo, es considerado el segundo vertebrado más venenoso del mundo después de la Phyllobates terribilis, una rana dorada endémica de las selvas húmedas de la costa Pacífica colombiana y cuyo veneno es usado en los dardos de los pueblos indígenas nativos de la zona. En cualquier caso, la diferenciación entre los dos peces es posible observando las aletas y los ojos del pez erizo, las cuales son más anchas y mas grandes respectivamente. Sus hábitats suelen ser los arrecifes de coral en aguas cálidas tropicales y su dieta es basada en moluscos y crustáceos.
Y a su barco le llamó Libertad.
El muelle de La Libertad.
Y nos vamos para la playa. Rumbo al Zonte en lo que bautizamos como "temazcal andante". Los temazcales eran los saunas de los pueblos mesoamericanos, la palabra proviene de la lengua nahuatl que se descompone y traduce como: "casa donde se suda", y si, la temperatura al nivel del mar en El Salvador alcanzaba ese día los 38° C, eran las 12:30, la humedad era más del 90% y el bus sin ventanas lleno de locales de regreso a su casa hicieron de este viaje de una hora todo un ritual de limpieza de piel donde al menos cada uno de nosotros (Cristian, Syama y yo) perdimos 2 litros de agua.
El momento pico de la marea. 2 de la tarde., las olas golpean los pasillos de las casas.
La furia del Océano Pacífico. Paradójico nombre, verdad?. De hecho, el nombre de "Pacífico" fue dado por los primeros navegantes que lo cruzaron, cerrando literalmente los mapamundis y al mismo tiempo una etapa gloriosa en la elaboración de mapas, generando otras miles de consecuencias a nivel socio-económico y religioso, la verdad no estaba dicha, la tierra no era plana y no existía un abismo al final del camino. Según Stefan Zweig en su libro "Magallanes", la travesía de las embarcaciones por el Océano inicio en la parte más sur de América del Sur, el llamado , estrecho de Magallanes, y duró mas de tres meses en medio de una infinidad de agua donde el azul profundo del cielo se confndia con el azul intenso del mar, en lugares donde se necesitaban semanas para poder encontrar tierra en cualquier direccion. La eterna paz de ese viaje llevó al cronista de ese viaje a bautizarlo como El Pacífico.
Oceáno Pacífico en la Playa el Zonte, 4:00 pm.
La casa por dos días a orilla de la Playa. Un lugar "mil estrellas" por 4 dólares.
Océano Pacífico a las 8:00 am. de nuevo bajando.
Desembocadura de un pequeño rio en la playa del Zonte.
Playa de rocas. Hoy están acá pero en una semana no. El poder de las olas transporta grandes bloques de roca a lo largo de la línea de costa en una incansable lucha por convertir en arena las pesadas piedras.
De vuelta en la carretera, en modo "ride", que rico es mochiliar en verano, más aún en lugares donde es una costumbre ayudar al viajero a llegar a su destino, donde abundan las camionetas con platón, donde llevar personas en el platón no es "ilegal" (como en Colombia, vaya forma de monopolizar el transporte) y sobre todo donde el sol y el viento te pega en la cara con la fuerza de la velocidad.
Enero 7 de 2018, Darmstadt, Hessen, Alemania
Gracias Andres por contar sobre El Salvador este pulgarcito de America donde su mayor riqueza es la gente , que a pesar de tener muchos problemas la mayoria de personas son capaz de ofrecerte una mano amiga, reitero mi agradecimiento por recordarte de este pais.
ResponderEliminarAndres, cuanta alegría me da leer tu crónica, tan sutil, vívida, sensible y llena de cariño para mi terruñito sagrado. Recién vuelvo de Colombia, y la calidez de tu gente, la mística de su sabia, me envuelven en un cumulo de emociones al tener tanto compartido. Que hermoso es andar, y cuan grata es la memoria, eso que nos habita desde el hipocampo hasta lo mas minucioso de los poros en el cuerpo. Infinitas gracias por la palabra hecha verbo, por la experiencia hecha senda y los caminos, sentimientos. Que la vida nos de caminos y mucha garra para vivirlos. Hoy por hoy me acercas tanto a mi El Salvador amado, pues tus letras y el regocijo de tu Colombia hermosa me hacen sentir como en casa y con una gran familia. Abrazos fraternos hermanito.
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