La Morra y yo en en el último año de colegio en 2007. Años de abuso en el uso del gel y la ropa negra en el uniforme.
Salta! ya aparecerá el piso. Andrés Tangarife-Escobar
Buscar en este blog
viernes, 3 de diciembre de 2021
Capitulo 1: Diego Olave - "La Morra"
La Morra y yo en en el último año de colegio en 2007. Años de abuso en el uso del gel y la ropa negra en el uniforme.
domingo, 24 de octubre de 2021
El regateo, más universal que los idiomas
Hay una costumbre en América Latina que se ha transmitido a través de las fronteras, las generaciones y las culturas. Desde los actuales descendientes de los mayas en las tierras altas y bajas de Guatemala hasta la Patagonia Argentina, pasando por Colombia y Perú, ningún país de se salva. Hace parte del patrimonio oral e inmaterial de indígenas, mestizos y de toda clase de descendientes sobrevivientes de la conquista, la colonia y los periodos republicanos. No es ajena en la modernidad ni en la era digital. El regateo es una contienda en forma de diálogo que se sirve de las más expertas habilidades teatrales. A veces usa mentiras, embustes y exageraciones, pero casi siempre halagos y palabras dulces.
Desde una comida en una plaza de mercado, productos de uso diario, el
precio de un tiquete de bus, el precio de la noche en un hotel, hostal, u
hospedaje. No importa que sea el más barato de todos. Así como una artesanía en
cualquier feria de cualquier pueblo o ciudad, todo es susceptible de ser
regateado.
Quien solicita la reducción del precio del producto conoce de antemano
un concepto definido por Karl Marx en su obra “El Capital”, pero existente
desde la primera vez que se intercambió un producto por dinero. La plusvalía, que en pocas palabras es el
valor excedente del costo del trabajo que se le da a un bien o servicio y que
se traduce en lucro. De esa manera el comerciante obtiene una ganancia por el
valor adicional de cada elemento que vende. Así, el regateador trata de reducir
la ganancia del vendedor a su más mínima expresión haciendo más justo el intercambio.
Chichicastenango es una pequeña ciudad del departamento de Sololá en el
centro occidente de Guatemala donde su población es en su mayoría indígena Maya
del pueblo Quiché. En esta ciudad se despliega el mercado indígena más grande
de América Central. Todos los jueves y domingos: productores de alimentos,
artesanos, artistas, intermediarios y empleados convergen en las calles de Chichicastenango
e inician la instalación de las casetas desde las 3 de la mañana para que las 6
se encuentre todo listo para recibir a los compradores que llegan de todo el
mundo. Hay días buenos y días muy malos para las ventas, en realidad existe
mucha oferta y poca demanda.
En mayo de 2016 tuve la oportunidad de recorrer el mercado de domingo
desde la mañana hasta su cierre, andando por los laberintos de las calles y
avenidas atiborradas de mercancía. Parece existir entre los vendedores, la
creencia de que el extranjero está dispuesto a pagar el precio inicial, que a
veces puede llegar a ser hasta 4 veces su valor
real de venta. Sin embargo, como muchos clientes no hablan Quiché o español,
al escuchar el precio se espantan, nadie compra y el mismo vendedor termina
regateándose sin ser solicitado. Muchas veces al terminar el día, algunas
personas pueden irse sin vender nada, y ese miedo hace que los precios
incrementen con la esperanza de cubrir los gastos del día al menos con una sola
venta. En algunos casos, el regateo no hace justicia sino más bien la crea,
especialmente cuando se desconoce el costo de producción del producto y se
pretende reducir el precio más allá de un trato equitativo. A mi parecer, se
debe ser crítico a la hora de regatear, observando que el deseo de un precio
bajo no fomente la auto-explotación de los productores y comerciantes de los países
del Sur Global.
Todas estas situaciones son inherentes al simple hecho de intercambio de
objetos por objetos. Chichicastenango, es un lugar ejemplar para un estudio
socio-antropológico profundo de la economía y el regateo.
3 de junio 2016, San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México
Los sueños de las plantas
¿Estamos viendo en las visiones del yagué los sueños de las plantas?
¿Estamos viendo en las visiones del yagué los sueños de los mayores y las mayoras?
¿Estamos viendo en las visiones del yagué los miedos de nuestro niño interior?
¿O estamos abriendo la caja de Pandora con las preguntas que nos llevan por el camino de la sanación del espíritu?
Fotografias tomadas durante la exposición artistica llevada a cabo en el Beksnaté 2020. Los artistas son en su mayoría taitas de la región del Putumayo y Nariño.
Jena, Octubre 24 de 2021
domingo, 18 de julio de 2021
Primitive love and postmodern love
Engels proposed it in 1868, and few paid attention to it. The human species is naturally inclined towards creating open and non-exclusive sexual and emotional bonds. The biological sciences have observed it for centuries: the continuation of the species through the replication of the genetic information is the last purpose of existence in living beings. How we do it, whether for enjoyment or instinct, is a matter of style, it is our decision. Engels explained it in 1868 in his essay originally titled Der Ursprung der Familie, des Privateigenthums und des Staats (The origin of the Family, Private Property and the State) with an analysis focused on social anthropology. His essay begins with an account of the state of the art in terms of social behavior and parental and family bonds known for that time. The findings were observed in primitive hunter-gatherer societies and the evidence could still be seen (in 1700 - 1900) in isolated communities with little influence by colonizing processes such as the Iroquois in North America.
Imagine
thousands of small groups of hominids scattered throughout all ecosystems on
earth grouped within the taxonomic genus Homo, hunting other animals and
gathering fruits from about 2.5 million years ago, until the times of the
Agricultural Revolution (the domestication of the first plants) about 12.000
years ago. Historically, this period is called Paleolithic. These gangs were
characterized by lacking private property, because due to nomadism they could
not carry more belongings than what they could wear. The only properties - from
a materialistic perspective - they had were their own members. Thus, in
pre-history, people within their small communities mutually belonged to each
other, and tended to be egalitarian in both duties and rights. This is where Homo Sapiens shared family ties and sex
with each other. The reproduction of the species could be classified as
endogamous, that is, between individuals of the same group, lineage or family.
This
type of social and economic organization would be called by Marx and Engels as
primitive communism. There were no private means of production, the community's
offspring, consequently, were a common good. The basis of these theories,
almost 160 years old, are still valid. The historian Yuval Noah Harari presents
it in his book “Sapiens: A Brief History of Humankind”.
“In this band, a woman could
have sex and intimate ties with several men (and women) simultaneously, and all
the adults in the group cooperated in raising their children. Since no man knew
definitively which of the children was his, the men showed equal concern for
all the young people.”
This
behavior sounds unthinkable to many of the opponents of this theory. However,
it is found in our closest wild relatives: chimpanzees and bonobos. Given this,
a question arises: If this is so natural, why family bonds are not open any
longer? Engels connects this paradigm shift with the transformation of the
socio-economic relationships that gave rise to the accumulation of merchandise,
the division of labour and the capitalism. As the environment and surroundings
evolve, cultural and economic relationships change causing social habits to
transform.
In the
beginning, hunting and gathering only allowed tribes to grow with the
availability of food and store it for only short periods of time. The meats and
fruits were eaten almost immediately after being obtained. But the evolution
towards sedentary societies thanks to the domestication of plants and the
development of agriculture, allowed the ancient inhabitants to cultivate, store
and accumulate. The division of labor due to the diversification of activities
and the need to collect and save in these first cities, brought the need to
establish a line of lineage to be able to transfer wealth through descent.
These
processes, where private property is the basis, also modified the perception of
humans among them, giving rise to the privatization of women and the formation
of the family (as we know it today) as the fundamental basis of the new social class
economic system. The possession of the woman by the man was the only means to
ensure a continuous and stable family, where he could recognize his line of
inheritance and accumulate wealth and consequently power and capital. Thus, it
was possible to guarantee the division of the growing cities (in number and
goods) into smaller compartments where the collective interest was replaced by
the individual advantage of specific unions or families. With the privatization
of women, a period of relative stagnation in the genetic evolution of the human
species also begins, since the family, used as a social contract to favor
privatization and power structures, also prevents the continuous mutation of
the species.
But at
what point did religion become so insistently rooted in the idea of the
private family as dogma? And why does the idea of non-exclusive human
relationships or that attempt against the monolithic idea of family bother
religions so much? Answering these questions is not easy, in the words of the
Aleteia Catholic portal, the family has a definition and a reason for being:
“The Christian family, that which is
constituted by the spouses (male and female) and whose culmination of their
expression of devotion and elective love is to engender their children; it is
the greatest and most perfect image of God on earth. In the same way that God
is three being one, the family is also constituted by three making it one.
The sacredness of the family
is preceded by the indissoluble bond of the spousal union, in such a way that
it is the Lord himself who condemns adultery as an attack on such sanctity,
unity, and indissolubility, since it perverts the face of God and leads divorce
and polygamous societies to decline. "
This
message says nothing and says everything, the arguments go beyond reason and
are absolute, therefore, any lie can be accommodated to the convenience of
those who hold the name of God and invoke him as an authority. What we can
analyze from experience is the intimate connection between religions and power,
the power that money has been exercising for 12.000 years. Because, in what way
could power and money exist without a closed vision of the family? One that is
defended by the myth of religion and an irrefutable supreme truth. Without the
exclusive family structure there is not much room for inheritance of privilege.
If we don't privatize objects, we won't privatize people either.
But
this model of exclusive, private and human-as-possessions relationships has
been dying since it began. Capitalism, where everything has a price and an
owner, even people, has caused deep social conflicts. Emotional-sexual
exclusivity is not alien to these conflicts and has shown contradictory
shortcomings to itself throughout history.
Currently, the affective bond between couples is called love
and at the same time it is confused with possession of the other. The
interaction of the members of the relationship with other individuals is
limited with the excuse that this would break the definition of love. Love is
the God that is invoked and defended at all costs, but who defined it that way?
It does not matter; the gods do not need explanation or questioning. As you can
see, it is a vicious circle where love cannot be questioned because of love, as
"someone" defined it. Couples believe that free love implies a lack
of commitment or the breaking of emotional links. However, the treatment
between humans as free beings to choose their relationship model empowers
individuals and places them in the position they want to take in society. This
perspective highlights that the "love" defined according to the
members of the relationship is consensual and freely chosen, and that therefore
it is more solid and stable.
It is not worth trying to think if we have to modify society
or modify our reasoning to change the way we perceive human relationships. Both
are in permanent synergy and interdependence. The invitation goes towards the
creation of a critical thought of us as writers of our history and as
protagonists of the life that best fits us.
I do not want to conclude with an incitement to return to the
primitive social organization and consequently to make this world a great orgy,
but rather to a reevaluation of emotional and sexual ties where a critical
analysis is the basis of our relationships. An analysis from the feelings
cannot be an objective way to evaluate the emotions, since this understanding
is partialized from the moment it arises. Rather, to make a judicious
evaluation of our position we must choose to inform ourselves about the facts
and not about the passions. There is no perfect model of a relationship as a
couple, because we all have a different understanding and life story that has
shaped our perception of the world and feelings. An adaptive capacity to the
different conditions of our relationships will make us sentimentally stable and
more resilient to the changes of the turbulent sex-emotional-spiritual life.
A polyamorous experience
In some journey through Central American countries during
that forgotten 2016, I discovered the spontaneous and natural love that gathered
me with all people as a unit. I understood that love transcended languages,
customs, races, nationalities and even sexual gender. True "love" was
pure, intense, and selfless. A love in a broad sense, not romantic but
emotional, visceral, primitive, the love of caring for the other. That love
that is born naturally with a look or a conversation and is not only sexual. I
fell in love with the warmth of people, with their treatment as if I were their
son, their brother, their grandson. I fell in love with the personalities of
some women and the camaraderie of some men. This is how people love in today's
world in a primitive way, without permanent ties (or sometimes so) but with
strong unions that transcend the family; without social titles but with
invisible and unbreakable connections, those that after 12,000 years are still
latent in our primitive inner self.
The non-desire society (paraphrased from
Carolina Sanin)
We are living in an de-eroticized, fast-consuming and
self-pleasing society. The fast pace of life extinguishes the desire of slowly
enjoying the pleasures of existence such as sex. Pornography and social
networks synthesize this pathology, as they provide immediate pleasure like a
shot of liquor. The masturbatory pulsion dominates over the effort involved in
establishing links between people. During the day, the intensity of the routine
and the bombardment of information from the digital world controls our desire,
turning us into pleasure automatons, leading us to a repetitive drug-reaction
dynamic.
Bogotá, June 14, 2016 - Jena, July 14, 2021
miércoles, 14 de julio de 2021
El amor primitivo y el amor posmoderno
Engels lo expuso en 1868, y pocos le prestaron atención. La especie humana está naturalmente inclinada hacia la creación de vínculos emocionales y sexuales abiertos y no exclusivos. Las ciencias biológicas lo han observado durante siglos: la continuación de la especie mediante la replicación de la base genética es el fin último de la existencia en los seres vivos. Cómo lo hagamos, si por disfrute o por instinto, es cuestión de estilo, es nuestra decisión. Engels lo explicó en 1868 en su ensayo originalmente titulado Der Ursprung der Familie, des Privateigenthums und des Staats (El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado) con un análisis centrado en la antropología social. Su ensayo comienza con un recuento del estado del arte en cuanto al comportamiento social y los lazos parentales y familiares conocidos para la época. Los hallazgos se observaron en sociedades primitivas de cazadores recolectores y las evidencias se podían apreciar aún (en 1700 - 1900) en comunidades aisladas y de poca influencia por los procesos colonizadores como los Iroqueses en Norte América.
Imaginemos miles de pequeños grupos de homínidos esparcidos por todos
los ecosistemas de la tierra agrupados dentro del género taxonómico Homo, cazando otros animales y
recolectando frutos desde hace unos 2.5 millones de años hasta las épocas de la
Revolución Agrícola (la domesticación de las primeras plantas) hace algunos
12000 años. Históricamente, este periodo se denomina Paleolítico. Estas bandas
se caracterizaban por carecer de propiedad privada, pues debido al nomadismo no
podían cargar más pertenencias que lo que podían llevar puesto. Las únicas
propiedades -desde una perspectiva materialista- con las que contaban eran sus
propios integrantes. Así, en la pre-historia, las personas dentro de sus
pequeñas comunidades pertenecían mutuamente entre sí, y tendían a ser
igualitarias tanto en deberes como en derechos. Es ahí donde los homo sapiens compartían los lazos familiares y el sexo entre todos.
La reproducción de la especie podría ser clasificada como endogámica, es decir,
entre individuos de un mismo grupo, linaje o familia.
Este
tipo de organización social y económica sería denominada por Marx y Engels como
comunismo primitivo. No había medios
de producción privados, las crías de la comunidad, en consecuencia, también eran
un bien común. La base de estas teorías, de casi 160 años, están aún vigentes. El
historiador Yuval Noah Harari la expone en su libro Sapiens: Una Breve Historia
de la Humanidad.
“En dicha banda, una mujer podía tener sexo y
lazos íntimos con varios hombres (y mujeres) simultáneamente, y todos los
adultos del grupo cooperaban en la crianza de sus hijos. Ya que ningún hombre
sabía definitivamente cuál de los hijos era suyo, los hombres mostraban igual
preocupación por todos los jóvenes”.
Este
comportamiento suena impensable para muchos de los contradictores de esta
teoría. Sin embargo, se encuentra en nuestros parientes salvajes más cercanos:
los chimpancés y los bonobos. Ante esto surge la pregunta ¿Y si es tan natural
por que los lazos familiares ya no son abiertos?, Engels conecta este cambio de
paradigma con la transformación de las relaciones socio económicas que dieron
origen a la acumulación de mercancía, la división del trabajo y el capitalismo.
A medida que evoluciona el ambiente y el entorno, las relaciones culturales y
económicas cambian causando que los hábitos sociales se transformen.
Al
principio, la cacería y la recolección solo permitían a las tribus crecer al
ritmo de la disponibilidad de comida y almacenarla únicamente por cortos
periodos de tiempo. Las carnes y los frutos se comían casi que inmediatamente
después de obtenerse. Pero la evolución hacia sociedades sedentarias gracias a
la domesticación de plantas y el desarrollo de la agricultura, permitió a los
antiguos habitantes cultivar, almacenar y acumular. La división del trabajo producto
de la diversificación de actividades y la necesidad de acopiar y ahorrar en
estas primeras ciudades, trajo la necesidad de establecer una línea de linaje
para poder transferir las riquezas a través de la descendencia.
Estos procesos,
donde la propiedad privada es la base, también modificó la percepción de los
humanos entre ellos, dando origen a la privatización de la mujer y a la
formación de la familia (como hoy la conocemos) como base fundamental del nuevo
sistema económico de clases sociales. La posesión de la mujer por el hombre fue
el único medio para asegurar una familia continua y estable, donde este pudiera
reconocer su línea de herencia y acumular riquezas y en consecuencia poder y
capital. Así se pudo garantizar la división de las crecientes (en número y en
bienes) ciudades en compartimentos más pequeños donde el interés colectivo fue
reemplazado por la ventaja individual de núcleos específicos o familias. Con la
privatización de la mujer también se inicia un periodo de relativo
estancamiento en la evolución genética de la especie humana, pues la familia,
usada como contrato social para favorecer la privatización y las estructuras de
poder también evita la continua mutación de la especie.
¿Pero
en qué momento la religión se arraigó con tanta insistencia a la idea de la
familia privada como dogma? Y ¿Por qué la idea de relaciones humanas no
exclusivas o que atenten contra la monolítica idea de familia molesta tanto a
las religiones? Responder estos cuestionamientos no es sencillo, en palabras del
portal católico Aleteia, la familia tiene una definición y una razón de ser:
“La familia cristiana, esa que constituyen los
cónyuges (varón y hembra) y que tiene como culmen de su expresión de amor
donativo y electivo el engendrar a sus hijos; ella es la mayor y
más perfecta imagen de Dios sobre la tierra. Del mismo modo que Dios es tres
siendo uno solo, también la familia la constituyen tres haciéndola una.
La sacralidad de la familia viene antecedida por el
vínculo indisoluble de la unión esponsal, de tal modo que es el mismo Señor
quien condena el adulterio como un atentado a dicha santidad, unidad e
indisolubilidad puesto que éste va pervirtiendo el rostro de Dios y va llevando
a la decadencia las sociedades divorcistas y poligámicas.”
Este mensaje no dice nada y dice todo, los argumentos van más allá de la razón y son absolutos, por lo tanto, cualquier mentira puede ser acomodada a la conveniencia de quien ostente el nombre de Dios y lo invoque como autoridad. Lo que si podemos analizar desde la experiencia es la íntima conexión entre las religiones y el poder, el poder que el dinero ha venido ejerciendo desde hace 12000 años. Porque, ¿de que manera podría existir poder y dinero sin una visión cerrada de familia?, una que sea defendida por el mito de la religión y de una verdad suprema irrefutable. Sin la estructura familiar exclusiva no hay mucha cabida a la herencia de privilegios. Sino privatizamos los bienes, tampoco lo haremos con las personas.
Pero
este modelo de relaciones exclusivas, privadas y de humanos como posesiones se
encuentra agonizando desde que inició. El capitalismo, donde todo tiene un
precio y un dueño, incluso las personas, ha ocasionado profundos conflictos
sociales. La exclusividad emocional-sexual no es ajena a estos conflictos y ha
mostrado falencias contradictorias a si misma a través de la historia.
Actualmente,
el vínculo afectivo entre parejas es denominado amor y al mismo tiempo se confunde con posesión del otro. Se limita
la interacción de los miembros de la relación con otros individuos con la
excusa de que esta rompería la definición de amor. El amor es el Dios que se invoca
y se defiende a toda costa, pero ¿Quién lo definió así? No importa, los dioses
no necesitan explicación ni tampoco cuestionamientos. Como se ve, es un círculo
vicioso donde por amor no se puede cuestionar al amor, tal y como “alguien” lo
definió. Las parejas creen que el amor libre implica falta de compromiso o
ruptura de pactos emocionales. Sin embargo, el trato entre seres humanos como
entes libres de elegir su modelo de relación, empodera los individuos y los
ubica en el lugar que estos quieren tomar en la sociedad. Ratifica que el “amor”
definido de acuerdo a los miembros de la relación es consensuado y libremente
elegido, y que por lo tanto es más sólido y estable.
No
vale la pena tratar de pensar si tenemos que modificar la sociedad o modificar
nuestro razonamiento para cambiar la manera como percibimos las relaciones
humanas. Ambas están en permanente sinergia e interdependencia. La invitación
va hacia la creación de un pensamiento crítico de nosotros como escritores de
nuestra historia y de protagonistas de la vida que mejor nos desarrolla.
No
quiero concluir con una incitación a volver a la organización social primitiva
y en consecuencia en hacer de este mundo una gran orgia, sino más bien a una
reevaluación de los lazos emocionales y sexuales donde un análisis crítico sea
la base de nuestras relaciones. Un análisis desde los sentimientos no pueden
ser una manera objetiva de evaluar las emociones, ya que este entendimiento
está parcializado desde que se plantea. Más bien, para hacer una evaluación
juiciosa de nuestra posición debemos optar por informarnos acerca de los hechos
y no de las pasiones. No hay modelo perfecto de relación en pareja, porque
todos tenemos una comprensión y una historia de vida diferente que ha moldeado
nuestra percepción del mundo y de los sentimientos. Una capacidad adaptativa a
las diferentes condiciones de nuestras relaciones nos hará seres más estables sentimentalmente
y más resilientes a los cambios de la turbulenta vida
sexo-emocional-espiritual.
En
alguna travesía por países centroamericanos durante ese olvidado 2016, descubrí
el amor espontáneo y natural que me unía con todas las personas como una
unidad. Entendí que el amor trascendía lenguajes, costumbres, razas,
nacionalidades y hasta género sexual. El verdadero “amor” era puro, intenso y
desinteresado. Un amor en un sentido amplio, no romántico sino emocional,
visceral, primitivo, el amor del cuidado por el otro. Ese amor que nace naturalmente
con una mirada o una conversación y no es únicamente sexual. Me enamoré de la
calidez de las personas, de su trato como si yo fuera su hijo, su hermano, su
nieto. Me enamoré de la personalidad de
algunas mujeres y de la camaradería de algunos hombres. Así se ama en el mundo
actual de manera primitiva, sin vínculos permanentes (o a veces sí) pero con
uniones fuertes que trascienden la familia; sin títulos sociales pero con lazos
invisibles e irrompibles, esos que después de 12000 años siguen latentes en
nuestro primitivo yo interior.
Carolina Sanín: "El reguetón es el canto de cisne de la sexualidad humana"
Estamos
viviendo en una sociedad deserotizada, de rápido consumo y de auto placer. El
acelerado ritmo de vida apaga el deseo de disfrutar con calma de placeres de la
existencia como el sexo. La pornografía y las redes sociales sintetizan esta patología,
pues brindan un placer inmediato como un shot de licor. La pulsión masturbatoria
domina sobre el esfuerzo que implica establecer vínculos entre personas. Durante
el día, la intensidad de la rutina y el bombardeo de información desde el mundo
digital se adueñan del deseo volviéndonos autómatas del placer, llevándonos a
una dinámica repetitiva de droga-reacción.
Bogotá,
14 de junio de 2016 – Jena 14 de Julio de 2021
sábado, 13 de febrero de 2021
A life purpose
Every one of us brings an implicit life purpose and a life mission. This statement does not mean that we all have a destiny to follow. It does not even implicate that anybody is controlling what we do or what path we walk. There is however, a tacit duty in our existence given by the very specific gifts that all of us receive. Or, let me ask you, do not you feel responsible to do what you are good at and to fulfill those inner desires you keep inside? Yeah, right?
But
unfortunately, the place in which we are or the horizon we head to not always
coincide with our passion or our dreams. And then we feel it, more than usual,
that our feelings are not in the same wave as our everyday life and our ideas
do not converge with our actions. Clouds
descend on our heads, our vision blurs inflicting a bitter taste in the existence,
a sense of tasteless pass of time. After some divagation, we remember those
gifts we account with, we feel the fire that transports us to the enlightenment and that we are ifnoring. We fight against our decisions and all the circumstances that
brought us to that situation. We are there working 40 hours a week in a topic
we do not like and living the life others want we live. We are so miserable, we
are not even able to choose our own actions.
At any point of
our lives, we all receive the call. A call to do what we really want, a call to
choose with freedom what makes us happy, an opportunity landing from nowhere
that invites us to get out of our comfort area. It will require all the bravery
and courage to attend it, to answer that call to follow our hearts, our dreams.
It will ask you to stand on your own and believe in your convictions. Too
coach? Do not go after anybody, follow yourself!
And when we you
do it, when we take that opportunity to pursue our balance enfine, it is as if
the entire universe had been waiting for that heroic action. Because it
requires bravery, determination and decision to break the chains, take your own
individual position and trust yourself.
Only those ones
who attended the call have been able to reach the full realization and
transform the world.
Take action,
take possession, make your own decisions, master your life.