viernes, 6 de abril de 2018

El Mc Bacteria, de las calles a los escenarios



                                                                                          Un canto más que apaga la muerte, otra luz en el camino brother. Manuel de Jesús Villeda (1987-2018)


Cuando nos encontramos por primera vez, en los rincones rurales de Morazán (El Salvador), horas antes de presentarse en el Chicharra fest, no quiso darme su nombre. Hoy, las dudas me presionan acerca de si su pasado lo persiguió hasta su muerte. Entre risas, tragos y abrazos tejimos una amistad espontánea y sincera; la que nos llevó a revelar episodios oscuros y ocultos de nuestra historia y lo más profundo de ese sentir-pensar que canaliza las emociones en un deseo positivo de transformar el mundo y alcanzar un equilibrio espiritual, ese fervor de revolución que se encuentra en todos los desposeídos del planeta. El maestro de ceremonia (Mc) se hacía llamar bacter o bacteria, según me contó, porque en la jerga más callejera de El Salvador se refería a la base social más golpeada por la injusticia social y él transmitía la voz de ellos a través de su música.



Bacteria creció en los barrios bajos de San Salvador, de familia numerosa y pocos ingresos. Comenzó a trabajar desde que era niño, vendía paletas y hacía mandados para las maras, camuflaba paquetes en su nevera y se movía de barrio en barrio. Su condición de menor de edad le permitía atravesar esas barreras invisibles que existen entre las zonas controladas por una u otra mara. Sus ingresos le permitían aportar a la familia y ganarse lo de las tortillas. A mí la gente me quería, dice entre risas, patrocinaba la fiesta y la diversión en el colegio, tenía pisto, la pasábamos bien en esos tiempos. Bacter no consumía drogas, aunque hacía parte de un ambiente donde mantenerse al margen era desafiante. En los últimos años del colegio encontró una pasión que le absorbía y llenaba de excitación, era el mejor judoca de su selección y se perfilaba como representante de ella en los juegos centroamericanos. Sin embargo, el consumo paralelo de algunas sustancias disminuyó su rendimiento y lo derrotó en la prueba más determinante de su carrera deportiva, la prueba antidopaje.

Actualmente es quien logré conocer, una versión diferente a su preámbulo: un rapero apasionado con la composición de letras comprometidas socialmente y políticamente activas; un alma llena de luz y buenas vibras, de esas que se conectan directamente con el lóbulo cerebral que activa la felicidad e irradian alegría, un visionario con positivismo y una energía vital desbordante. Ahora, se la pasa de toque en toque a lo largo del país y le canta a su mara, a la vida, al sufrimiento de su gente y a la lucha por el cambio.

Aquí les dejo parte de la voz y el mensaje del parcero




1 comentario:

  1. Gran amigo, tan solo bastaron algunos momentos para conocer tu grandeza.

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