La diversión tiene muchas facetas, razones y significados. Esta acción, que pasa desapercibida entre el existir de la mayoría de los animales se percibe fácilmente al menos en los mamíferos, no hace falta ver cachorros de gatos, perros u homo sapiens para darse cuenta de la importancia del juego: no solo en la infancia sino hasta la muerte. En antiguas civilizaciones como la Maya, existió uno de estos juegos que, a pesar de su vigencia e influencia actual, poseía un propósito totalmente diferente al de ahora, ¿o no tan diferente?
El fútbol enloquece a medio mundo, pero poca importancia se le ha dado a su historia en términos sociológicos y antropológicos. Unos excelentes lugares para empezar a entender los orígenes de los juegos que involucran bolas/balones/pelotas se encuentran en las ruinas mayas de Copán (occidente de Honduras) y Tikal (noreste de Guatemala). Estas antiguas y poderosas ciudades, ocupadas desde hace 2400 años (Tikal) y entre el siglo V y el IX de la era común (Copán) cuyo esplendor es expresado en sus poderosos edificios administrativos, templos, pirámides y ciudadelas laberínticas de magnífica preservación arquitectónica y perfección geométrica, demuestran una única combinación entre juego y ritual, donde el fútbol, más allá de la diversión, tenía como propósito el reconocimiento de los habitantes de lo mundano, la conexión con lo sublime y lo sagrado. Pero ¿Ha cambiado el verdadero objetivo del fútbol? ¿Acaso los equipos no se enfrentan para alcanzar fama y reconocimiento? En este sentido, el fútbol no ha cambiado mucho desde hace 3400 años, cuando se solía jugar en imponentes estadios con gradas de piedras y campos observables desde todos los rincones de la ciudad. Al menos 1300 estadios han sido identificados en Mesoamérica, desde Nicaragua hasta el Norte de México.
Actualmente, el fútbol no deja de tener su parte de sangre y sacrificio, especialmente en la cultura latinoamericana, donde los rivales entre el público ofrecen la muerte de uno de sus contrincantes. El sentido de este ritual se perdió, ya nada queda de gloria en la inmolación y nadie recibe favores de los dioses cuando un equipo gana.
Utila, Honduras. 5 de
mayo de 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario