sábado, 5 de febrero de 2022

What do we play in sex?

Sexuality is an intriguing act, an attractive mix between culture and biology. Genetic need and instinctive pleasure. Its practice, despite being cathartic, has reached obvious levels of triviality and mechanization in modernity. Many times we go to the sexual encounter like automatons, with predefined ideas about our role in the erotic behavior and thus we try to comply with those protocols and conventions acquired from that world of concepts formed from cultural prototypes.

Pornography, normative gender roles, lack of transparency in communication and a long series of etcetera have created an image of how we should live sex, leading us to a disconnection with what we want and what we feel. We withdraw from our pleasure and the beauty of the moment while we think if we are moving like in the movie or if we are going to be that fuck worth remembering. We assume the role for an exam or a gym workout. We do not freely enjoy our sexuality because we carry out what society told us we had to live, putting enormous pressure on factors such as physical characteristics that should be exciting, the oppressive role of men over women, the duration of the encounter sexual and penetration as the only way to give pleasure. And it can become frustrating because it restrains us, puts a label on us. It limits us mentally and consequently conditions us physically.

One of the principles of meditation explains that "energy goes where the mind is", hence the importance of focusing on the here and now, in order to channel that vital energy towards the moment and place of the sexual encounter, without matter if it is for another person(s) or for oneself. In fact, there are as many ways to feel sexual pleasure as there are people and personalities in the world; and the beauty of sex is in the infinity of its forms, colors and flavors. A friend would say “in bed we are all equal” and that is why we must attend to it with transparency and without rules, with a view to empowering ourselves as equal human beings.

The here and now involves slowing down, paying attention to the desires and needs of our body to create a safe atmosphere where we can expand our consciousness. Tantra contemplates sexuality as the most powerful expression where you can have a transcendental experience in body and soul, free of misunderstandings, guilt and dogmas. Tantric philosophy is based on four principles: "accept oneself and others as they are"; “being present in the moment with all five senses”; “express what you feel and think”, and finally, “achieve a harmonious and fluent movement”. This could be summarized as: acceptance, awareness, communication and harmony. I am going to coin this technique as ACCH.

Sexual satisfaction brings liberation and that liberation can only occur when we stop experiencing sex as a means to reach a point, a routine or a duty, or experiencing it with guilt or as something pornographic. Freeing ourselves from the judgments and tensions of past experiences allows the sexual encounter to flow pleasantly and takes us to higher levels of exploration. There is a lot of fire, sensuality and power in the conjugation of a free mind and body.

I do not intend with this writing to enumerate a list of techniques to practice conscious sex, because consciousness has unlimited dimensions. The essence of reaching a sexual communication with soul, mind and body is in ACCH. To have an idea, the experience begins with the creation of a comfortable, safe and trusting atmosphere, without rushing, without interruptions or expectations. Continue with a calm and synchronized breath where the heartbeat can also be harmonized. Calm down! keep your mind on the sensations of all your senses, feel the pleasure of looking into the eyes, of the soft touch and the exploration of the skin, of the forms, of the aromas. Focus on the caresses and kisses and how the breath permeates each erotic zone of the body. Express what you want and feel. Explore and stop at parts of the body that you have never detailed before. Finally, find a harmonic balance in the movement of your body. If you lose it and start contracting your perineal area to release an orgasm, stop, relax, widen your breath, soften, and reconnect with each other's bodies. Conscious sex allows us to reach other levels of consciousness, increasing the ability to hold energy in the body and circulate it through it. Love is also made with minds.

Sex must be tailored to the situations and our tastes. Let's not let the commodification of life and rapid consumption take away its pleasure and power. Nor that the speed of life deerotizes us and destroys the enjoyment of establishing links with other people. A sexual emancipation with a view to a conscious and liberating sex is necessary. Let's start the revolution in our beds.


Jena,  Alemania. Febrero de 2022


¿A qué jugamos en el sexo?

La sexualidad es un acto intrigante, una atractiva mezcla entre cultura y biología. Necesidad genética y placer instintivo. Su práctica, a pesar de lo catártica, ha alcanzado evidentes niveles de trivialidad y mecanización en la modernidad. Muchas veces vamos al encuentro sexual como autómatas, con unas ideas predefinidas acerca de nuestro rol en lo erótico y así tratamos de cumplir con esos protocolos y convencionalismos adquiridos de ese mundo de conceptos formado a partir de los prototipos culturales.

La pornografía, los roles normativos de género, la falta de transparencia en la comunicación y una larga serie de etcéteras nos han creado una imagen de como debemos vivir el sexo, llevándonos a una desconexión con lo que queremos y con lo que sentimos. Nos abstraemos de nuestro placer y de la belleza del momento mientras pensamos si nos estamos moviendo como en la película o si vamos a ser ese polvo digno de recordar. Asumimos el papel para un examen o un ejercicio de gimnasio. No disfrutamos libremente de nuestra sexualidad por que llevamos a cabo la que la sociedad nos dijo que teníamos que vivir, poniendo una presión enorme en factores como las características físicas que deben ser excitantes, el rol opresor del hombre sobre la mujer, la duración del encuentro sexual y la penetración como la única forma de dar goce. Y puede llegar a ser frustrante porque nos encasilla, nos pone una etiqueta. Nos limita mentalmente y en consecuencia nos condiciona físicamente. 

Uno de los principios de la meditación explica que “la energía va a donde la mente está”, de ahí la transcendencia de enfocarse en el aquí y el ahora, con el fin de canalizar esa energía vital hacia el momento y lugar del sexo, sin importar si es para otra(s) persona(s) o para sí mismo. De hecho, hay tantas maneras de sentir placer sexual como personas y personalidades en el mundo; y la belleza del sexo está en la infinitud de sus formas, colores y sabores. Diría un amigo “en la cama todos somos iguales” y por eso debemos asistir a él con transparencia y desnudos de normas, con miras a empoderarnos como seres humanos en igualdad. 

El aquí y el ahora implica reducir la velocidad, prestarle atención a los deseos y necesidades de nuestro cuerpo para crear un ambiente seguro y de conexión donde podamos expandir nuestra consciencia. El tantra contempla la sexualidad como la expresión más poderosa donde se puede tener una experiencia trascendental en cuerpo y alma, libre de malentendidos, culpas y dogmas. La filosofía tántrica se fundamenta en cuatro principios: “aceptarse a uno mismo y a los demás tal como son”; “estar presente en el momento con los cinco sentidos”; “expresar lo que sientes y piensas”, y finalmente, “alcanzar un movimiento armónico y fluido”. Esto se podría resumir como: aceptación, consciencia, comunicación y armonía. Voy a acuñar esta técnica como ACCA. 

La satisfacción sexual trae liberación y esa liberación solo puede ocurrir cuando dejemos de vivir el sexo como un medio para llegar a un punto, una rutina o un deber, o de vivirlo con culpa o como algo pornográfico. Liberarnos de los juicios y de las tensiones de experiencias pasadas permite fluir el encuentro sexual placenteramente y nos lleva a niveles superiores de exploración. Hay mucho fuego, sensualidad y poder en la conjugación de una mente y un cuerpo libres. 

No pretendo con este escrito enumerar una lista de técnicas para practicar un sexo consciente, porque la consciencia posee dimensiones ilimitadas. La esencia de alcanzar una comunicación sexual con alma, mente y cuerpo está en ACCA. La experiencia comienza con la creación de un ambiente cómodo, seguro y de confianza, sin prisas, sin interrupciones ni expectativas. Continúa con una respiración tranquila y sincronizada donde los latidos del corazón también puedan armonizarse. Tranquilos, mantén la mente en las sensaciones de todos tus sentidos, siente el gusto de la mirada a los ojos, del suave tacto y la exploración de la piel, de las formas, de los aromas. Enfócate en las caricias y los besos y en como la respiración permea cada zona erótica del cuerpo. Expresa lo que quieres y sientes. Explora y detente en partes del cuerpo que nunca habías detallado. Por último, encuentra un equilibrio armónico en el movimiento de tu cuerpo. Si lo pierdes y empiezas a contraer la zona perineal para liberar un orgasmo, detente, relájate, amplia la respiración, suavízate y vuelve a conectarte con el cuerpo del otro. El sexo consciente nos permite alcanzar otros niveles de consciencia, aumentando la capacidad de sostener la energía en el cuerpo y circularla a través de él. El amor también se hace con las mentes. 

El sexo debe estar a la medida de las situaciones y de nuestros gustos. No dejemos que la mercantilización de la vida y el rápido consumo nos quite su placer y su poder. Tampoco que la velocidad de la vida nos deserotize y nos destruya el disfrute de establecer vínculos con otras personas. Una emancipación sexual con miras hacia un sexo consciente y liberador es necesaria. Empecemos la revolución en nuestras camas. 




Jena,  Alemania. Febrero de 2022